El hecho de dejar de escribir una palabra en un testamento puede desbaratar las intenciones de una persona; la falta de esta palabra, «mi» (Dios), es la pérdida del cielo para el inicuo, y el puñal que atravesará su corazón en el infierno por toda la eternidad. La palabra «mi» es tan valiosa para el alma como una, porción ilimitada. Todo nuestro bienestar está encerrado en esta cámara privada. Cuando Dios dice al alma, como Acab a Ben-adad: «He aquí, yo soy tuyo y todo lo que tengo», ¿quién puede decir en qué forma el corazón salta de gozo, y se desvanece casi en deseos de El ante tales noticias? Lutero dijo: «Gran parte de la religión consiste en pronombres.» Para nuestra consolación, realmente, consiste en este pronombre «mi». Es la copa que contiene todo el cordial. Todos los goces del creyente dependen de esta cuerda si se rompe todo está perdido. A veces he pensado en qué forma í(; saborea David, lentamente, para no perder su dulzura: «Te amo, oh Jehová, fortaleza mía. Jehová, roca mía y castillo mío, y mi libertador. Dios mío...» (salmo 18:1, 2). Este pronombre es la puerta por la cual entra el Rey de los santos en nuestro corazón con todo su séquito de deleites y consuelos. George Swinnock
Saber que Dios no es "un" dios sino "tu" Dios personal te ha traido consuelo?Dejános conocer tu opinión. Dios te bendice
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